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Busqueda avanzada- N° páginas : 144
- Medidas: 140 x 215 mm.
- Peso: 245 gr
- Encuadernación: Rústica
Yom Kipur y El sueño de Makar KOROLENKO,VLADIMIR
Sus mejores cuentos reunidos en esta nueva edición. Con su estilo realista, natural, y su humor inteligente y nada irónico, exhibiendo su dominio y libertad plástica.
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Sinopsis
Korolenko exhibe un característico estilo narrativo ingenuo, realista, natural, con un humor inteligente y nada irónico. El dominio y la libertad plástica con los que maneja a sus campesinos rusos, la descripción y la trama, le convierten en un maestro del relato y del cuento, lo que le ha llevado a consagrarse como uno de los mejores escritores eslavos.
Ambos relatos retratan la vida del campesinado ruso del último tercio del siglo XIX, y Vladímir es un narrador comprensivo, observador, humanista y paciente, que deja aflorar en sus personajes caracteres extremos, duros, desafinados, que viven en condiciones climatológicas y políticas adversas, y que acaban renunciando, primero a su dignidad, después a una convivencia pacífica con los demás hombres, y por último resignándose a un fatal destino, pero que sorprendentemente, y para el descanso de sus personajes, nunca llega. Y es que Korolenko no es trágico, sino cómico, y por eso sus personajes no son miserables, sino muy humanos, con muchos defectos y taras, pero a la hora de juzgarlos, en el día de Yom Kipur o a las puertas del cielo, todos sus pecados se vuelven triviales y vuelven a gozar de una feliz libertad, robada entonces y por fin devuelta ahora.
Autor: Korolenko, Vladímir
Vladímir Galaktiónovich Korolenko nació en Zhytomyr, capital de Volinia (Ucrania), en 1853. Por entonces Volinia era una región políticamente ambigua. Ya desde el Tercer reparto de Polonia de 1795 la parte oriental pertenecía al Imperio ruso y la occidental al Imperio austrohúngaro. De hecho, Vladímir aprendió a leer polaco antes que ruso, pues su familia desconocía la nacionalidad que le sería adjudicada. Tras la anexión de de Volinia al Imperio ruso, a la familia Korolenko se le dio a ?elegir? la nacionalidad rusa. En 1870 estudió en Petersburgo en el Instituto de Tecnología, y después en la Escuela de Agricultura de Moscú, aunque interrumpió los estudios al ser expulsado por pertenecer a una organización política secreta vinculada al movimiento revolucionario. Arrestado y deportado en 1879 al norte de la Siberia oriental, pasó varios años en la aislada región Yakut, hasta que en 1885 se le permitió volver a Rusia y se instaló en Nizhny Nóvgorod, donde conoció al joven Máximo Gorki. En este mismo año publicó uno de sus relatos más famosos, y por el que fue considerado uno de los mejores escritores de la época, El sueño de Makar, que narra la triste vida de un Yakut abandonado a su ?mala suerte?. En los años consecutivos, su escritura nos prodiga con otros relatos como El murmullo de la selva, El vagabundo y otros cuentos, El músico ciego, y Yom Kipur, de 1890. Korolenko exhibe un estilo narrativo ingenuo, realista, natural, con un singular humor inteligente y nada irónico. En 1893 viaja a América. A su vuelta a San Petersburgo participa en la dirección de la revista populista La palabra rusa (Russkoie slovo), lo que le facilita una lucha pública directa de su pluma contra los abusos de poder. Periodista activo, crítico social y militante político, Korolenko decide en 1895 abandonar la literatura para dedicarse a denunciar las injusticias en las leyes y en la policía, convirtiéndose en una figura popular. En 1900 se asienta en Poltava y es elegido miembro de la Academia de la Lengua, título al que renuncia a los dos años, cuando el zar veta la entrada de Gorki en la Academia. En 1906 dirige una campaña contra la ley militar y la pena capital. La única obra de este período es una corta autobiografía con el título Historia de uno de mis contemporáneos, cuya primera parte aparece en 1910; la otra, incompleta, se publica póstumamente en 1922. A partir de 1917 manifestó su hostilidad hacia los bolcheviques, a los que en unas cartas dirigidas al comisario de Instrucción Pública, Anatoli Lunacharsky, tachó de enemigos de la civilización. Murió en 1921 en Poltava, en plena guerra civil.