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Busqueda avanzada- N° páginas : 244
- Medidas: 150 x 210 mm.
- Peso: gr
- Encuadernación: Rústica
La ciudad automática CAMBA, JULIO
El Nueva York los años 20, desde el humor, la sociología y futurismo. Segunda edición.
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Sinopsis
Hay ciudades que constituyen por sí mismas un género literario. Nueva York es el mejor ejemplo. Y dentro de ese género una de las obras maestras es este libro, que aúna sociología y humor, futurismo y encanto antiguo. En La ciudad automática encontramos el envés bien humorado de otra obra escrito por las mismas fechas, Poeta en Nueva York de Federico García Lorca. Lo que en el poeta es tremendismo y magia, lo trueca Camba en alacridad, disparatada hipérbole y punzante inteligencia.
Quienes aman Nueva York, quienes la detestan, no pueden dejar de leer este libro, escrito por alguien que se resiste a dejarse seducir por los encantos de la Ciudad con mayúscula, pero que al final acaba sucumbiendo a ellos, como nos pasa a todos. Con Nueva York y también con Camba, el escritor que detestaba la literatura, el anarquista que acabó sus días refugiado en un hotel de lujo.
El libro en los medios
La ciudad automática (editorial Renacimiento) - VIAJES National Geographic, 20/10/2023
Hay ciudades que constituyen por sí mismas un género literario. Nueva York sería un buen ejemplo. Sobre esta urbe icónica escribió el gallego Julio Camba (1884-1962), pero desde una mirada singular. La ciudad automática ofrece un envés humorado de otra obra escrita en la misma época, "Poeta en Nueva York" de Federico García Lorca. Lo que para el granadino era tremendismo y magia, Camba lo trueca en alegría y punzante inteligencia. Publicado inicialmente en 1934, esta reedición está recomendada tanto para quienes aman Nueva York como para los que dicen detestarla.
DescargarAutor: Camba, Julio
Julio Camba Andreu (Vilanova de Arousa, 1884-Madrid, 1962) fue durante la segunda y tercera década del siglo XX uno de los más singulares corresponsales extranjeros que haya tenido nunca la prensa española. Su maestría no ha dejado de ser elogiada por escritores tan distintos y variados como Miguel Delibes, Francisco Umbral, Cándido, Manuel Vicent o Antonio Muñoz Molina. A los dieciséis años se escapó de casa y llegó hasta Buenos Aires. Allí se introdujo en los círculos anarquistas y redactó incendiarias proclamas y panfletos. Al final fue deportado del país junto con otros anarquistas. De regreso a España empezó a colaborar en la prensa local gallega y en publicaciones revolucionarias del Madrid de comienzos de siglo, y su prosa no tardó en ocupar las columnas más importantes.