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Busqueda avanzada- N° páginas : 272
- Medidas: 150 x 210 mm.
- Peso: 404 gr
- Encuadernación: Bolsillo
EL VOTO FEMENINO Y YO: MI PECADO MORTAL (3ªED) CAMPOAMOR,CLARA
Relato de su actuación y de su lucha a favor de los derechos de la mujer.
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Sinopsis
Clara Campoamor (Madrid, 1888-Lausana, 1972) consiguió, contra la opinión de su propio partido y de la socialista Victoria Kent, que las Cortes Constituyentes de la Segunda República aprobaran el sufragio femenino. La primavera de 1936 sorprendió a Clara en Madrid, donde asistió a los prolegómenos de la Revolución y, ya en verano, al estallido de la guerra civil. Campoamor, temiendo por su vida, tuvo que huir de la zona republicana en el otoño de 1936, y se instaló en Suiza. A finales de aquel año había redactado el cuerpo principal de su más conocido libro La revolución española vista por una republicana, que se publicó en francés, en 1937, y que puede encontrarse también en el catálogo de Espuela de Plata, donde se ha reeditado varias veces. Esta obra, originalísima, no se limita a reflejar el terror vivido en Madrid durante los primeros meses de la guerra, sino que constituye un clarividente análisis de los orígenes de la guerra, así como de las previsibles dificultades que nacerían de la victoria de cualquiera de los contendientes.
Clara Campoamor vivió en Suiza, en Argentina y alguna vez en París. Tras la victoria de los franquistas intentó en varias ocasiones afincarse de nuevo en España, sin éxito. Su condición de masona la hacía sospechosa a los ojos del Tribunal de Represión de la Masonería, así que finalmente tuvo que abandonar la esperanza de volver a ver España y murió en el exilio, en Suiza, en 1972.
El libro en los medios
El voto femenino y yo (Editorial Renacimiento) - MSur, (05/2019)
Mi pecado mortal es un amargo ajuste de cuentas con los propios, con esa izquierda en la que Campoamor creía toda su vida, y que le pagó con moneda de plomo, caverna izquierdista, pero caverna de todas formas. Y cuando hoy la releemos no solo será para recordar a la mujer que consiguió, en un asalto casi en solitario, colocar España como el segundo país de toda la Cuenca Mediterránea en conquistar el voto femenino, solo después de Albania, tres años antes que Turquía, una década larga antes que Italia, Francia o los Balcanes. También para recuperar a una de las figuras de mayores ideales democráticos de las que tenemos noticia. Modesta, pasa muy por encima de los premios y los cargos que rechazó, antes aún de ser diputada, por provenir de monarquía o dictadura; medidos con su vara, hoy no nos salvamos nadie.
El voto femenino y yo (Editorial Renacimiento) - ElDiario.es, (26/06/2021)
Es la máxima responsable de que en España se instaurara el sufragio femenino el 1 de octubre de 1931. El camino que anduvo antes de la decisión histórica estuvo sembrado de unas dificultades que determinaron por completo el sentido de su lucha. En una de las muchas escenas y experiencias que relata en su libro El voto femenino y yo: mi pecado mortal, Campoamor explica algo que escuchó, una vez ya se había convertido en diputada, de boca de un "republicano ardoroso, de agudo sentido liberal y, por lo demás, hombre respetable y respetado", es decir, de alguien con quien, en principio, compartía cuerda política. El diputado espetó: "Es bueno que la mujer tenga el freno de la Iglesia". Para Campoamor, esas palabras descubren "todo el profundo desprecio masculino por la hembra, a quien se considera precisada de freno". Ella dedicó su vida a eliminar ese freno –a destruirlo–, aunque, para ello, tuviera que enfrentarse, incluso, a sus propios correligionarios.
El voto femenino y yo (Editorial Renacimiento) - El País, Librotea
Carmen G. de la Cueva: "El maravilloso relato de cómo Clara luchó por los derechos de la mujer y aquello la sumergió en una gran soledad política. A veces, se nos olvida que tenemos una deuda pendiente con nuestra genealogía española y podemos comenzar a saldar la deuda con ella".
El voto femenino y yo (Editorial Renacimiento) - Libertad Digital, 18/10/2019
Clara Campoamor dedicó buena parte de sus energías vitales a defender el voto femenino en el debate constitucional de la II República. Fue liberal auténtica, crítica incluso con los miembros de su propio partido que no votaron a favor del sufragio libre de las mujeres, y con buena parte del socialismo que se resistió a votar a favor del voto femenino. La postura de la diputada radical-socialista, Victoria Kent, pasó a la historia por su oposición al voto de las mujeres si bien no pudo impedirlo, ni condicionarlo como pretendió, para detener la causa de Clara Campoamor.
El voto femenino y yo (Editorial Renacimiento) - Crítico estado, 13.05.2019.
ILYA U. TOPPER | Si alguien nos nombra en una conversación a Victoria Kent, nuestro mecanismo cerebral responderá de inmediato: ah sí, aquella mujer que votó en contra de otorgar el derecho de voto a las mujeres. Poco importa qué más hizo aquella abogada republicana, feminista, en su vida: su discurso contra el voto femenino era y seguirá siendo siempre su pecado mortal.
El voto femenino y yo (Editorial Renacimiento) - El Norte de Castilla, 12.04.2019.
En su libro "Mi pecado mortal. El voto femenino y yo", escrito poco antes de que estallara la Guerra Civil, Clara Campoamor da buena muestra de la fogosidad e inteligencia con las que logró sacar adelante una medida que todos querían en teoría, pero muy pocos en la práctica, llenos de temores y desconfianzas hacia lo que sería el comportamiento electoral femenino.
El voto femenino y yo (Editorial Renacimiento) - El País, 01.10.2015.
El 1 octubre de 1931, las mujeres obtuvieron el derecho al voto en España por 161 votos frente a 131. La diputada Clara Campoamor lo defendió así frente a Victoria Kent
El voto femenino y yo (Editorial Renacimiento) - La voz del sur, 08.03.2019.
Stalin se habría ahorrado esa goma de borrar (no hay mejor borrador que la amenaza de muerte, tortura u ostracismo) si en lugar de Trotski, Kamenev o Zinoviev, sus compañeros de la revolución rusa, muerto ya Lenin, hubieran sido mujeres.
El voto femenino y yo (Editorial Renacimiento) - Letras sumergidas, 28.02.2019.
Recorrer las páginas de este libro, más allá de su evidente interés, me ha llevado, sí, a querer saber más, a buscar y bucear en la vida de la protagonista y en el periodo de la historia de España que le tocó vivir, una etapa, la de la II República, altamente estimulante, agitada, compleja y contradictoria, de la que dejó cumplida cuenta en El voto femenino y yo: Mi pecado mortal, una entrega biográfica que me ha ganado con su fuerza, su sinceridad y coherencia.
Autor: Campoamor, Clara
(Madrid, 1888-Lausana, 1972) consiguió, contra la opinión de su propio partido y de la socialista Victoria Kent, que las Cortes Constituyentes de la Segunda República aprobaran el sufragio femenino. La primavera de 1936 sorprendió a Clara en Madrid, donde asistió a los prolegómenos de la Revolución y, ya en verano, al estallido de la guerra civil. Clara Campoamor vivió en Suiza, en Argentina y alguna vez en París. Tras la victoria de los franquistas intentó en varias ocasiones afincarse de nuevo en España, sin éxito. Murió en el exilio, en Suiza, en 1972.