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Busqueda avanzada- N° páginas : 352
- Medidas: 135 x 210 mm.
- Peso: gr
- Encuadernación: Rústica
LA OFICINA DE LOS GATOS MIYAZAWA,KENJI
Ferviente budista, Miyazawa concibió la literatura como una misión. Apreciado en vida por un puñado de admiradores, es hoy una de las grandes figuras literarias de Japón.
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Sinopsis
En la oficina de los gatos se registran día a día las incidencias relativas a la historia y la geografía felinas. Bajo la atenta mirada del enorme gato negro que dirige la sucursal número seis, los disciplinados oficinistas realizan sus tareas diarias: el impoluto gato blanco, el apuesto gato atigrado, el bello calicó… pero el más valioso y sensible de todos ellos es el gato de hollín, que sufre la ira y el desprecio de sus compañeros por un único motivo: no tiene raza.
Estos veinticinco cuentos, escritos entre 1918 y 1927, están protagonizados los entrañables habitantes de Ihatov, la utopía fantástica creada por Miyazawa donde todo es posible: gatos oficinistas, cuadrillas de ranas trabajadoras, señales ferroviarias viviendo idilios románticos a la manera de Romeo y Julieta o niños soñadores que viajan entre mundos. Cuentos cautivadores que tejen una alquimia poética entre la vida cotidiana y un mundo surrealista y onírico; cuentos que se nutren del rico folclore tradicional del norte de Japón y de la filosofía budista para construir dramas reales teñidos de fábula que son, ante todo, un canto a la naturaleza y una oda a la compasión universal, los dos pilares sobre los cuales Miyazawa Kenji cimentó su vida.
Autor: MIYAZAWA, KENJI
Miyazawa Kenji (1896-1933) nació en Hanamaki, en el seno de una familia acomodada. A los 19 años fue admitido en la Escuela de Agricultura y Silvicultura de Morioka y comenzó a publicar poemas en revistas literarias. Tras finalizar sus estudios, regresa en 1919 a su ciudad natal para cuidar de su hermana Toshi, enferma de tuberculosis. Pero, debido a desavenencias con su padre, se traslada a Tokio, donde trabaja como ingeniero agrónomo y docente y entra en contacto con los círculos literarios de la capital. Publica sus primeras historias con gran éxito de crítica. En 1926 abandona la seguridad de su empleo y se muda a Shimoneki para dedicarse a la agricultura y escribir. Tras luchar durante años con la pleuresía muere en 1933, a los 37 años de edad, tras sufrir una neumonía aguda.