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Busqueda avanzada- N° páginas : 80
- Medidas: 216 x 150 mm.
- Peso: 215 gr
- Encuadernación: Rústica
Nada en común BUIL AINA, JOSE ANTONIO
Poemario y audiolibro sobre la aparente negación absoluta y la filosofía. Premio Nacional de Poesía «Rodrigo de Cota» Ayuntamiento de Toledo.
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Sinopsis
"Nada en común" ya es un título, de por sí, provocativo. Atrevido título en unos tiempos donde formar parte de un rebaño de cualquier índole parece obligado para vivir en sociedad. Esa aparente negación absoluta no es lo habitual. A la gente le gusta buscar lo que hay en común, parece que eso les refuerza y les da seguridad. Un libro con este título nos da idea de la fuerte personalidad de su autor.
Consuelo Jiménez de Cisneros (Catedrática de Lengua y Literatura española)
Cada libro es un mundo, un planeta que sin embargo se halla en el universo literario. El que nos presenta José Antonio Buil me ha hecho pensar a veces en Paul Celan, no tanto en la poesía del atormentado escritor, sino en la posición que manifiesta en su famoso discurso de 1960 (El meridiano) al recibir el premio Georg Büchner, y además, en vista del tono reflexivo y descreído del poemario que nos ocupa, al recordar el interés de Celan por la filosofía existencialista, sin que ello perjudicase la pureza de su dicción. El difícil arte de la poesía reflexiva, que sólo pueden practicar con éxito los buenos escritores…
Joaquín Rico Consuelo (Profesor de Literatura en el Instituto de Estudios Hispánicos, Portugueses e Iberoamericanos de la Universidad de Utrecht)
Hacer y deshacer
el nudo de la cuerda que ciñe nuestra vida;
hallar en su materia el hálito que da
el mismo sereno sentido de la muerte;
abrigar el silencio en lo hondo de nosotros
e iniciar un viaje a través de las imágenes
en el que una idea de regreso
nos parezca imposible.
Y acaso contemplar en la calma de las cosas
la llama del candil interior que las alumbra,
la aparente opacidad de los cuerpos
o el vector de la fuerza que los genera,
la mecánica que rige, en fin,
el fenómeno de la inconstancia,
el olvido o la pasión
de un amor primero.
Cuando se nos acerca cada nuevo amanecer
y desistimos ya de conciliar el sueño,
tras haber perdido el tiempo en vano
librando batalla contra los fantasmas
que uno a uno socavan la razón,
se nos revela el temor a un mundo vacío,
a la realidad desnuda donde acaba
la virtud de nuestra efímera existencia,
y apenas distinguimos lo que nos sobrecoge
de aquellas otras sombras sobre las que cabalga
abrumadoramente el enigma.