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Busqueda avanzada- N° páginas : 232
- Medidas: 140 x 210 mm.
- Peso: gr
- Encuadernación: Rústica
RECUERDOS RECOBRADOS. MEMORIAS MONTPARNASSE,KIKI
Las memorias de Kiki de Montparnasse, modelo de pintores en el París de los años veinte. Con reproducciones de Man Ray, Gargallo, Modigliani, Moïse Kisling, Fujita, etc.
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Sinopsis
Son también los tiempos de Kiki de Montparnasse (seudónimo de Alice Prin) o la Reina de Montparnasse: musa de artistas, cantante, actriz y modelo. Tras pasar una infancia marcada por la pobreza, Kiki se muda a París, donde inicia su carrera como modelo a los catorce años. Entretanto, vaga por los cafés en busca de algo que comer. Es allí donde conoce a Modigliani, Jean Cocteau, Robert Desnos y muchos artistas más, como Soutine, Man Ray ?del que sería no sólo modelo, sino también amante?, Fujita y Moïse Kisling, cuyos retratos se incluyen en el interior.
Estos recuerdos ?escritos en 1936 y literalmente recobrados en 2001? fueron censurados en los Estados Unidos hasta los años setenta, y nos revelan a una mujer libre e independiente en la primera mitad del siglo xx. Todo ello contado con una voz inocente, atormentada, entusiasta, agridulce y, por encima de todo, profundamente humana.
Autor: MONTPARNASSE, KIKI DE
ALICE PRIN (Châtillon-sur-Seine, 1901 ? Sanary-sur-Mer, 1953), más conocida como KIKI DE MONTPARNASSE, vivió con su abuela hasta los doce años, edad en la que fue enviada a París con su madre. Una vez allí, trabajó como dependienta durante dos años. Fue entonces, a los catorce, cuando posó desnuda por primera vez. Este acontecimiento iniciaría una brillante carera de modelo para diversos artistas, entre ellos el fotógrafo Man Ray, que sería su compañero durante gran parte de los años veinte. También posó para Fujita, Kisling y Picabia, y fue inmortalizada por Gargallo. Además, actuó en nueve películas y participó como cantante en locales nocturnos. En 1940, durante la ocupación alemana, abandonó París. Trece años después moriría a los cincuenta y un años. Una gran multitud de artistas y seguidores acudió a su funeral, yendo en procesión hasta su entierro en el cementerio de Montparnasse. Más tarde, Fujita declararía que con su muerte «los gloriosos días de Montparnasse fueron enterrados para siempre».